Hoy se puso a la venta mi libro de poesía y crecimiento personal; cuando cambiar se convierte en un plan. Se trata de 33poemas con explicaciones y actividades previas a la lectura guiarte hacia un proceso de reflexión.
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Una novela
Yo no quiero ser tu sexto sentido, tampoco la manta que tapa tu colchón. No me pidas ser la llave de tu puerta ni el crespón de tu corazón. No le buscaré tres pies al gato porque confiar es saber por dos. Tampoco haré cola por San Valentín, prefiero no ir que terminar peor. No seré quien te abra el paraguas ni quien te de su última fresa. Tampoco estaré donde no me veas… ni yo seré cazado ni tu serás la presa. No me lleves a París si podemos ir a Nunca Jamás. Rechazo cualquier te quiero mientras que nos podamos amar. Búscame en el tejado, sílbame y te lanzo la escalera. Donde el amor sale barato, donde vivir es una soberbia novela.
Museo de cera

Cuando termina el amor vuelven las procesiones, Las saetas al cristo del mal querido. Los feligreses llenan los templos y el sermón atrae a los peregrinos. Cuando se acaba el amor los pañuelos secan alguna verdad pegada en el bolsillo del pantalón, tapadas entre manos de alfarero con uñas que reclaman derechos de autor. Cuando se finiquita al querer los museos se llenan de artistas emergentes. Una nueva estatua llega al museo de cera mostrando su mejor cara, ocultando la pena. Lo cruel de amar son las despedidas vestidas de arlequín, los besos a mano armada, los abrazos de alquiler, la bola del trilero que engaña. Lo mejor de dejar de amar es el reintegro de las fichas del monopoly, y aunque ya no vuelen mariposas en tu vientre, lo mejor de dejar de amar, es pensar en quien será el/la siguiente.
Disculpa si…
Disculpe mi indiscreción pero me robaste todos los colores. Te paseas desnuda sin pudor abriendo los cajones, desordenando mi habitación. No quiero ser pesado pero desahuciaste la palabra soledad colándote en la fiesta de mi vida, tirando el cartel de “no molestar” restaurando esta casa en ruinas. Permítame que insista pero “something” me suena triste pues cada adiós me sabe a final, como una patera en la playa, como abecedario sin vocal. Perdona si soy poco ordinario cuando blasfemo al verte llorar, o si me enojo al verte sufrir… mas el planeta tiene al sol y yo solo te tengo a ti. No es por nada pero vives en la calle de mi todo. Me tienes aferrado al balcón, inmune a cualquier terremoto… ¿Tu ausencia? Mi peor temor. Sin ánimo de ofender, pero mis ojos comen de tu cuerpo y aunque tenga buenos modales, me instalaría en Soto del real si alguien secuestra tus libertades.